miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿La caída de Silvio Berlusconi?


Ante las evidencias, ¿podemos afirmar que el mercado logró en un par de días lo que no consiguió la voluntad popular en dos años de protestas? ¿Debemos creer que pudo más una variación en el índice spread que todas las evidencias de corrupción y otros crímenes que pesaban sobre Berlusconi? Puede ser, como dicen algunos, que las reacciones del mercado terminaron por sepultar la viabilidad de un gobierno que a estas alturas solamente era capaz de reaccionar a los ataques en su contra. Lo cierto es que independientemente de la lenta digestión intelectual que al respecto de estos hechos se avecina, no deja de ser significativo que la salida de Berlusconi se de justamente ahora, cuando la espantosa voracidad de la especulación toca suelo italiano.

En este país, como en el resto de los que integran la Unión Europea, la crisis económica ha desatado un profundo malestar entre la población. La inflación, el desempleo y la precarización de los trabajos existentes han deteriorado la calidad de vida de 47% de las familias italianas. Por si fuera poco, 2.5 millones de jóvenes de entre 20 y 30 años de edad no estudian ni trabajan, y sus expectativas son tan oscuras, que se habla de toda una generación de futuros ancianos condenada a la indigencia. Como consecuencia, en los últimos años la rabia y la indignación del pueblo italiano ha terminado por concentrarse en la figura de Berlusconi y su gobierno. En ese sentido, se espera que la tensión social acumulada disminuya tras la renuncia del Premier y ante la perspectiva de un relevo dentro de la clase política en el poder.

Efectivamente, dadas las condiciones políticas de este país, actualmente no existe un horizonte emancipatorio que vaya más allá de ese engendro borroso llamado democracia, ni orden económico más allá del capitalismo. Ante la ausencia total de una alternativa antisistémica, las esperanzas de la población están depositadas en los partidos de centro-izquierda, y en una no menos borrosa noción de retorno/restauración del Welfare italiano de la postguerra. Huelga decir que este último ha venido siendo desmantelado al amparo del berlusconismo durante los últimos 17 años, con la venia de los poderes fácticos de Unión Europea.

El poder de Silvio Berlusconi, cuyo fortuna asciende a 9 mil millones de dólares, ha estructurado una forma de gobierno basada en la criminalidad y el amiguismo. Las leyes elaboradas para mantenerlo fuera de la cárcel son proporcionales al número de procesos judiciales en su contra, de manera que su salida del poder no puede darse sin una debida garantía de impunidad en el futuro.

El hecho de condicionar su dimisión a la aprobación de la Ley de Estabilidad (recorte al gasto público, aumento de la edad pensionable, aumento de los impuestos, privatizaciones, etc.), tal como lo exige la Banca Central Europea, nos sugiere que por los menos hacia afuera ya hay un pacto. Hacia adentro, independientemente de que la oposición ha calificado dicha ley como una “carnicería social”, lo cierto es que esa fracción de la clase política no ofrece nada distinto en cuanto a la gestión de la crisis. Tan es así, que no son pocas las ocasiones en que sus líderes han sostenido la necesidad de llevar a cabo las reformas económicas (las mismas que receta la BCE), en el marco de una estabilidad política garantizada por ellos una vez que Berlusconi abandone el poder.

De momento el anuncio de la dimisión podría ser una simple estrategia del Premier para ganar tiempo y comprar votos. De concretarse, sin embargo, Italia se encontraría muy probablemente en un escenario de transición lidereado por un gobierno provisorio, cuya responsabilidad, más allá de organizar las elecciones, sería la ejecución de las ordenes del único poder que parece gobernar Europa en estos momentos: el mercado.

Es cierto que el escenario es demasiado inestable para proyectar hipótesis sobre el futuro inmediato. De cualquier manera es significativo que la crisis económica haya conseguido cambiar el mapa político de los, así llamados, PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España, por sus siglas en inglés), a voluntad del capital y el poder financiero. En Grecia, Giorgios Papandreou se vio obligado a renunciar, en su lugar queda Lucas Papadimos, ex secretario de la BCE; en España, Rodríguez Zapatero anunció hace tiempo la realización de elecciones anticipadas.Y allá arriba, como dicen los zapatistas, todavía falta lo que falta.


lunes, 7 de noviembre de 2011

Para muestra un botón

Me entero de que Giorgios Papandreou acaba de renunciar. En estos momentos se prepara un gobierno de coalición en Grecia, mientras se anuncia que las elecciones podrían ser para el próximo 19 de febrero. En los noticieros se dice que Lucas Papadimos, ex secretario de la Banca Central Europea (BCE), será el jefe del gobierno transitorio.

Hace unos días, el ahora expresidente griego originó una estrepitosa caída de las Bolsas europeas tras anunciar que sometería a referendum el "rescate" financiero del país. Luego de las humillantes declaraciones de Sarkozy y Merkel, y un encuentro a puerta cerrada con los responsables de la economía griega, Papandreou canceló la consulta y aceptó negociar (como si el verbo tuviera algún sentido en el contexto helénico), la entrega de 130 mil millones de euros para saciar a los especuladores, a cambio de sacrificar lo que queda de la propiedad estatal, el sistema de pensiones y la seguridad social.

En medio del desastre económico se han agudizado los enfrentamientos entre la policía y un pueblo griego que, más allá de la indignación, ostenta un legitimo y peligrosamente flamable encabronamiento por el saqueo del presente y la anulación desvergonzada de su futuro. ¿Y qué hay de la tan pregonada democracia occidental? Independientemente de que el frustrado referendum haya sido una fachada (o un chantaje, como dijeron algunos), llama la atención que esta tímida  voluntad de considerar mínimamente a la población provocara la catástrofe y el pánico en las bolsas europeas (que cerraron con una caída de entre cuatro y seis punto). 

Las reacciones de los mercados ante el anuncio del referendum, la renuncia de Papandreou y su posible sustitución por un ex secretario de la BCE, prueban el fracaso de la democracia formal. O al menos reiteran lo que con tanta simplicidad afirmaba José Saramago con respecto a la imposibilidad de la democracia en el contexto del neoliberalismo. Sin embargo,  hay una novedad dentro de esta vieja pero (anteriormente funcional) incompatibilidad: las clases políticas comienzan a ser obsoletas frente a la imposición de las verdades necesidades del capital. 

Efectivamente, si luego de la imposición del neoliberalismo a nivel mundial, las clases políticas se convirtieron en representantes de los intereses del mercado frente a la población, en un contexto de crisis (donde la fachada de la democracia no puede sostenerse de manera eficaz ante lo evidentemente adverso de las decisiones que se pretenden imponer), el mercado busca  representarse a sí mismo como gobierno. El origen del futuro premier griego, Lucas Papadimos, es tremendamente significativo en ese sentido.

Los inversionistas perdieron millones de euros apostando en la bolsa, los quieren recuperar socializando los costos del desastre. Esto no es la mano invisible del mercado, son decisiones humanas basadas en la codicia de unos cuantos. En la decisión de presionar a las economías europeas se encuentra esa nueva y borrosa aristocracia mundial de inversionistas y ejecutivos de grandes empresas trasnacionales, lo mismo que las principales agencias de consultoría financiera y calificación de riesgos (Standar and Poor's, Moody's o Fitch Group). Sin embargo, las manifestaciones de su poder aparecen cada vez menos vinculadas a justificaciones públicas que anteriormente lograban convencer a buena parte de la ciudadanía. Y es que a pesar de lo mediatizada que esté, la gente no aceptará gustosa la inmolación colectiva que nos exige el mercado.

Quizá esta nueva ola de protestas mundiales sea una prueba de que algo comienza a cambiar.




jueves, 20 de octubre de 2011

REMINDER II

El 19 de octubre de 2001 lo recuerda muy bien uno de nuestros integrantes del Comité Cerezo México
 
“[...] estaba en mi celda en el penal de alta seguridad de la Almoloya de Juárez, hoy llamado 'Altiplano' cuando un preso gritó “¡Cerezo ya te mataron a tu abogada!”. Era la hora del patio y nos sacaron de nuestras celdas. Salí e inmediatamente alcance a mi hermano Antonio, nos abrazamos y un dolor en el alma y un coraje inmenso nos invadió, una rabia inconmensurable invadió mi corazón.
Sabíamos mis hermanos y yo que habíamos perdido parte de nuestra esperanza de ser defendidos por una persona que hacia honor a su nombre y que, desde un principio, en la ventanilla de los locutorios, ante mi hermano Antonio, nos dijo que no nos preocupáramos por el dinero que ella trabajaría por nuestra libertad.
Después nos enteramos que existió un correo electrónico donde avisaba a sus familiares que había tomado nuestro caso y que ya había recibido una amenaza por el mismo. Sabíamos y seguimos afirmando que no la asesinaron únicamente por nuestro caso, pues había y llevaba en ese momento otros casos más. Fue nuestro caso, quizá, una gota más que derramó el vaso y que hizo al Estado mexicano, a la inteligencia militar, decidir la muerte de Digna.”

Alejandro Cerezo

Leer texto completo: http://www.comitecerezo.org/spip.php?article1035

viernes, 30 de septiembre de 2011

El exorcismo de una recurrencia

Desde hace días pienso en una entrevista -una de las últimas- que alguien (no recuerdo quién) le hizo a José Saramago. Eran los tiempos del último mundial y mi amigo, aficionado al futbol, hacia un insistente y molesto zapping que regresaba inevitablemente a la partida de no se qué país contra otro. Entre canal y canal apareció Saramago hablando con su tierna cara de tortuga; llevaba poco tiempo de haberse ido con Caronte.

Es curioso cómo desde lo simple es posible desestructurar el discurso que sostiene esta realidad de mierda. Saramago cuestionaba, a pregunta expresa de su interlocutor, el discurso sobre la democracia remitiéndose a su acepción más básica:  δῆμος -demos-, que traducía como "pueblo", y κράτος -krátos-, "poder" o "gobierno"... al final lo que todos hemos oído en la escuela: "democracia es el gobierno (o el poder) del pueblo, para el pueblo y por el pueblo".

El autor de, Ensayo sobre la ceguera  (¡qué angustía de libro!), sostenía, palabra más palabras menos, que la democracia bajo el actual orden de cosas es simplemente imposible. Y es que desde hace poco más de treinta años que el mundo ha sido sometido bajo el yugo del mercado y éste, por definición, no es democrático. Acto seguido, en franca sincronía con la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, el viejito presentaba a las clases políticas como el brazo ejecutor de los caprichos del mercado en detrimento del pueblo. 

En México el discurso sobre la democracia hace tiempo que no surte el efecto retórico esperado. Sin embargo, hablar de democracia en Europa significa remitirse a uno de los valores más caros de Occidente. Suena obvio, pero no lo es, porque no deja de ser impresionante escuchar a Occidente hablar en primera persona cuando, por ejemplo, se refiere a la OTAN actuando en Libia o en Afganistán, o cuando se contrapone a Oriente, y despliega sesudos reportajes sobre la situación de las mujeres en China e Irán, mientras en algunos países de Europa las mujeres tienen un salario menor que los hombres por el doble de trabajo y, como en Italia, tienen que padecer a un gobierno que ha convertido en Ministerio la prostitución de alto nivel... etc. 

El comentario de Saramago lo recuerdo cada vez que en la televisión algún ministro o analista habla de lo-que-se-tiene-que-hace-para-superar-la-crisis-de-la-deuda-en-Europa: recortar el gasto público; aumentar la edad de las jubilaciones; aumentar los impuestos al salario y al consumo; privatizar empresas públicas... Eso que ya desde hace tiempo se señala en América Latina como un padecimiento y que aquí se presenta como si se le hubiera ocurrido antier a algún genio de la Banca Central Europea (BCE). Es el neoliberalismo -como lo llaman con razón algunos-, la tiranía del mercado gobernando nuestros destinos. Y es cierto: nadie es profeta en tierra ajena, pero no puedo evitar pensar que México fue el primer país en aceptar un préstamo del Banco Mundial (BM) a cambio de "reformas estructurales"; era 1982, hoy tenemos un territorio militarizado y en guerra porque el rey ya lleva mucho tiempo desnudo.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

La diplomacia mexicana como en tiempos de mi General Díaz

En toda Roma, lo mismo que en las principales ciudades de Italia, circulan varios periódicos gratuítos para las distintas comunidades de migrantes presentes en este país. Las publicaciones más extrañas -para mí, obviamente- son aquellas escritas en coreano, chino, árabe y, sobre todo, bangladeshi (cuyo albafeto me hace pensar siempre en un tendedero). El negocio de los consorcios editoriales es la publicidad, de manera que entre página y página te encuentras a los vampiros de Western Union ofreciendo sus servicios en todas las lenguas; o las compañías de celulares peleándose por el nada despreciable mercado de la larga distancia. 

De vez en cuanto te encuentras con anuncios de algún pequeño restaurante peruano que ofrece toda clase de nostalgias culinarias para tan numerosa comunidad y cosas por el estilo... al final son los mecanismos de comunicación paraoficiales hacia una comunidad sin derechos políticos que, sin embargo, mueve buena parte de la lastimada economía italiana.
 
Ayer, mientras me procuraba la cena en una extraña cadena de comida rápida Halal (cuyo lema es "We know how to deal with chicken"), me encontré uno de esos periódicos, en cuya primera plana aparecía una nota que llamó mi atención: "Mexicanos y chilenos recuerdan Independencia". Me puse a curiosear mientras me preparaban mi religioso émulo de "quarter pounder" (con todo y papas fritas), y lo que descubrí fue una nota que parecía redactada por la vieja burguesía costumbrista latinoamericana del siglo XIX. A continuación comparto, íntegra, esta curiosidad, que podría ser también porfiriana, previniéndome de la poca fe de mis escasos lectores:


Mexicanos celebran 201 años de Independencia

Roma. Por: Roxana Zurita. El 11 de setiembre en los jardines de la Passeggiata del Gelsominio en el parque Piccolominni, la comunidad mexicana celebró sus 201 años de Independencia, con una misa oficiada por el sacerdote José Guerrero y un acto institucional.


Participaron el Embajador ante el Quirinale Miguel Ruiz Cabañas, el Embajador ante la Santa sede Federico Ling y su esposa Mercedes de Ling. La presidenta de la Comunidad Católica Mexicana de Roma Griselda Quillares pidió un minuto de silencio por todas las victimas de la violencia en México.


El grupo de Mariachis Romatitlan animó la ceremonia. También se realizó un desfile de trajes típicos, categoría infantil y adultos. En la primera resultó ganadora Linda Roncaccia, con su vestido la China Poblana, y en la segunda categoría ganó Cecilia Salaices.


Además se efectuó un concurso para elegir la imagen que representará a México en el proyecto Read – Me2, organizado por el museo Etnografía Pigorini, con la finalidad de acercar a la comunidad de inmigrantes al museo. En la ocasión no faltó la variada gastronomía mexicana.


(consultable en: http://www.guialatina.it/notizie-locali.php?idvetrina=2 )
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Una deliberada cortina de silencio impide a los italianos entender el drama que para México supone la guerrita de Calderón, lo mismo que las tragedias de otras geografías. En el restaurante, luego de que el empleado hindú me entrega mi cena, veo que en la sala hay gente de Colombia, Libia y algún otro desastrado país africano. Cada uno carga a cuestas con sus cifras, sus desgarramientos y dolores... su corazón partido. Yo ya no sé dónde poner a mis 50 mil muertos, ni cómo nombrar a mis 15 mil desaparecidos... algo se me ocurrirá.


lunes, 26 de septiembre de 2011

Templo de Giove Anxur (siglo IV a.C.)

Con un poco de voluntad y buen clima fue posible subir los 227 metros del Monte Sant'Angelo, en Terracina, provincia del Lazio. Se trata de un lugar antiguo que fue etrusco, romano y luego, como por acá es costumbre, cristiano. La silla protagonista le saca la lengua a las así llamadas "barreras arquitectónicas" (o sea lugares llenos de problemas para personas discapacitada). 



lunes, 12 de septiembre de 2011

Monsanto y la IV Guerra mundial

A continuación un artículo muy interesante que me pasaron por ahí. Sépase que lo publico para disfrute y escándalo de tod@s pero, sobre todo, sin la autorización del autor... por eso del copy lev




“Entonces el que hace la conquista, el capitalismo, hace como quiere, o sea que destruye y cambia lo que no le gusta y elimina lo que le estorba.”

EZLN VI Declaración de la Selva Lacandona



Lev Jardón Barbolla

I. Imágenes del campo

La escena se puede ver por las carreteras del Bajío, en la Depresión Central de Chiapas o en los campos de riego de Sinaloa: campos de cultivo que al inicio de los surcos que dan hacia la carretera anuncian en coloridos carteles Faena Fuerte. No, no se refieren a las duras condiciones en las que los jornaleros tienen que trabajar las tierras del ¿nuevo? latifudio mexicano, cobijado por la reforma salinista al artículo 27. Los carteles plásticos se refieren a un herbicida sistémico, que penetra la cutícula de las hojas de las plantas –envenenándolas- y que promete acabar con todas las malezas de un sembradío. En el resto del mundo el herbicida se comercializa como Roundup, su ingrediente activo, el glifosato, es una sustancia con potencial para contaminar mantos freáticos y que efectivamente, deja el campo libre de toda “maleza”, incluyendo verdolagas, tomate verde, amaranto y otras plantas “indeseables”. Según datos de la propia Monsanto, la venta de Faena, les dejó 2000 millones de dólares de ganancias en año 2009.

No es el único anuncio que en la expansión del bombardeo comercial prolongado podemos ver, tal vez, muy cerca, veamos el letrero de Dekalb, la otra cara de la gran corporación que es Monsanto. Dekalb es una de las marcas de semillas que maneja esta empresa, semillas “mejoradas”, o híbridas. Recientemente el gobierno de Chiapas firmó un acuerdo para promover la siembra de 20 mil hectáreas con semillas de este tipo: transferencia de recursos públicos a una empresa vía subsidio; son hechos, no palabras diría el gobernador que gasta millones de pesos en mejorar su imagen en los medios.

Así, recorremos algunos cientos de kilómetros por el país, kilómetros que relucen el paso de un ¿progreso? extraño, en el que el monocultivo, monótono, monotemático, a ratos monocromático con sus anuncios de monopolio, repite la imagen de extensiones de tierra en las que no se ve huella de esas plantas que los botánicos llaman arvenses, las plantas asociadas al cultivo.

De pronto, una excepción, algunas parcelas con milpas en las que al pie del maíz y del frijol, asoma un tapete de plantas de calabaza, que con sus hojas anchas y guías largas tapa la mayor parte de la luz a las malezas nocivas. Igual que hace algunos miles de años, antes de Monsanto existiese, nacen varias plantas a la orilla de las milpas: son verdolagas, amaranto, quelites. Desde que se inventó la agricultura brotaron a las orillas de los campos de las comunidades, plantas que aprovechan la condiciones atípicas que los humanos generaban al remover la tierra y deshierbar manualmente, dejando algunas superficies descubiertas. De entre esas plantas las comunidades escogieron tal vez algunas que ya eran usadas desde antes, las domesticaron (proceso en el que los seres humanos seleccionan las variedades que les resultan más útiles al tiempo que aprenden a cultivarlas) y transformaron en nuevos cultivos, con un aprovechamiento integral de lo que se producía usando cada planta para una cosa (grano básico, leguminosa, fruta, condimento, medicina, etc.)

Caminamos por ese campo y de un caserío vecino se acerca un campesino. Le preguntamos por una planta pequeña, de flores amarillas, el tomatillo de monte, tomate de cáscara, de bolsita, tomate verde. En otro tiempo habría bastado decir tomate, pero eso fue antes de que el uso anglosajón de la palabra tomate tendiese a sustituir jitomate en el uso cotidiano (jitomate viene de xitli y tomatl, tomate de ombligo).

El que buscamos es pues, el tomate silvestre. El campesino nos avisa que más adelante hay tomates, en un campo que no se trabajo este año, es tomate que se nace solo. El campesino había pensado transplantar las plantitas a su huerto familiar, pero las lluvias adelantaron la floración y ya no dio tiempo. Nos advierte que hay mucho lodo.

“Mucho lodo” es lodo capaz de atrapar los pies de las personas y en kilómetro y medio de potreros anegados es difícil atender el tipo de plantas que crecen cuando el mero hecho de levantar la pierna es un logro. Pero al final del pantano hay un campo a medio abandonar y entre la arena no una, sino lo que parecen ser dos especies de tomate silvestre. Tal vez sea una coincidencia, pero hace algunos kilómetros que no vemos anuncios de “Faena Fuerte”, ni a nadie que lo ocupe.

II. La involución verde

El campo con policultivos, no es el campo que necesita el capitalismo moderno. En este sentido, diríamos que Monsanto es apenas un síntoma, acaso sintético, de lo que el sistema capitalista implica para los campesinos.

La apropiación violenta de la tierra por parte de terratenientes y la expulsión de grandes cantidades de gente hacia las ciudades ha sido una constante desde que el capitalismo surgió, diría Marx, rezumando sangre y lodo por los poros (si bien es la punta del iceberg, la cabeza de Carlos I de Inglaterra rodando en 1649 puede atestiguar el asunto de la sangre). A esa apropiación violenta siguió la transformación del resto de la producción agrícola, pues el campo comenzó a producir para generar ganancias a terratenientes que a veces se volverían también industriales, o bien de industriales que se volverían terratenientes también.

Para el capitalismo un campo moderno es aquél donde los trabajadores agrícolas no producen para satisfacer su necesidades propias, sino para satisfacer las necesidades del mercado (del mercado, no de los consumidores). Pero además, es un campo donde se produce organizando todo de manera acorde al objetivo último de maximizar las ganancias. Cada surco debe ser sembrado de manera que se obtenga el mayor volumen de cosecha y, sobre todo, empleando al menor número de trabajadores. La diversidad estorba en la producción capitalista y por eso se favorece al monocultivo, “que cada grano de tierra, cada rayo de sol y cada gota de agua produzca sólo lo que queremos vender” parecería ser el grito con el que la burguesía marcha, recurrentemente, sobre el campo.

El capitalismo en expansión convierte cosas que antes se vendían como mercancías sencillas en mercancías capitalistas y cosas que antes no eran mercancías en mercancías. Así, la señora que vende unos cuantos aguacates, que ella misma cosecha, en una banqueta de la ciudad -mercancías simples- es desplazada por un supermercado, donde se venden aguacates de la variedad Haas (misma que ha desplazado a la enorme variedad de formas de aguacate que se vendían hace unos años) que provienen de la finca del Sr. X, que paga a unos jornaleros un sueldo más o menos miserable y obtiene, del trabajo de los jornaleros y de los empacadores de aguacate ganancias jugosas -mercancías capitalistas-. Nada del proceso de explotación se ve en la caja que dice “Calidad de exportación”. De la señora que vendía los aguacates, ya se encargarán las leyes que prohíben el comercio ambulante, o un operativo para embellecer las calles limpiándolas de “indeseables”; para eso ha servido, históricamente El Estado, esa famosa banda de gente armada que habla en nombre muchos intereses, menos los de la gente de a pie.

El proceso ha dado muchos resultados. En primer lugar, alimenta las maquiladoras y las ciudades en general de personas despojadas de su tierra dispuestas a trabajar “de lo que sea”, personas que se ven obligadas a concurrir al mercado para obtener sus medios de subsistencia.

En el campo de la producción, genera contradicciones reveladoras. Para malestar de la posición maltusiana, la capacidad de producción de comida creció más rápido que la población. De acuerdo con datos de la FAO en el periodo 1955-2005 la producción mundial de granos se multiplicó por 3.2. En ese mismo periodo, la población mundial creció 2.4 veces. Aún actualizando los datos y con la única excepción del año 2011 por la sequía en Rusia, en los últimos 10 años se ha producido en promedio más comida por cabeza de la que se haya producido jamás. Cada año, la cantidad de alimentos disponibles, se ha incrementado y el hambre sigue ahí.

Pero en su discurso, Monsanto y otras empresas del agribussiness pregonan que su misión es salvar al mundo del hambre; así justifican la necesidad del uso masivo de organismos transgénicos promovida por las empresas. ¿Cómo se origina el hambre a la que presuntamente responden los agroquímicos milagro? El mercado capitalista produce mercancías, mercancías capitalistas, mercancías que al venderse culminan en la generación de ganancias. Producir mercancías no es lo mismo que producir valores de uso, los alimentos pueden estar ahí, en el mercado, que se nos presenta como la única forma de existencia social en el sistema capitalista. Los alimentos pueden estar ahí, falta ver quién tiene el dinero suficiente para pagarlos, el que no tenga, puede morir de hambre. Las crisis del capitalismo han sido históricamente, crisis de sobreproducción.

Pero en el camino de incrementar una sola dimensión, la de la ganancia, el capitalismo ha hecho el campo menos diverso, más homogéneo. Al promoverse por los gobiernos la siembra de variedades industriales de semillas, protegidas por patentes y por el sacrosanto derecho de propiedad privada y su uso junto al de herbicidas y pesticidas se ha erosionado la diversidad genética de los cultivos. Se ha erosionado porque el mismo proceso de sustitución de variedades locales por semillas mejoradas ha atacado las relaciones sociales que hacen posible que las comunidades campesinas seleccionen, mantengan y acentúen la diversidad de las plantas cultivadas.

Marx comparó al capital con un vampiro, que siendo trabajo muerto debe salir cada tanto a chupar el trabajo vivo. Así, las empresas como Monsanto tienen que ir a donde está la vida, al bosque, a la selva, al desierto, a la parcela de la gente, para obtener diversidad biológica con la cual enriquecerse, arrebatándola por la vía del derecho de patente sobre bienes comunes. Después, Monsanto y compañía introducen al mercado semillas “mejoradas”, mejoradas porque son predecibles, mejoradas porque son homogéneas, mejoradas porque son menos diversas.

Y al perderse la diversidad que las comunidades han gestado en los cultivos se pierden también variedades que podrían ser de suma relevancia por presentar adaptaciones locales al clima, a la resistencia a enfermedades, a la supervivencia en suelos pobres, etc. Sin esa diversidad biológica, que hoy peligra en donde Faena Fuerte y Delkab campean, será imposible resistir el cambio climático, las nuevas plagas y catástrofes ambientales que el capital ha generado. La tecnología de Monsanto y sus competidores no es la solución, sino en todo caso una causa de las crisis alimentarias actuales.

El modelo tecnológico que promueve Monsanto no es una casualidad, es el modelo tecnológico que el capitalismo necesita para su reproducción inmediata. Y ese modelo entra en contradicción con la reproducción de la agricultura como actividad en el largo plazo. Hasta hoy, las crisis bajo el capitalismo se han debido no a la escasez, sino a la sobreproducción; el capitalismo neoliberal, amenaza con hacer de esta crisis, una crisis de escasez total, en la que el planeta mismo está en riesgo.

Los zapatistas han caracterizado a la IV Guerra Mundial como una guerra que el capitalismo neoliberal libra contra la humanidad en todas partes; dicen también que los que luchan contra el neoliberalismo están luchando por la humanidad. Tienen razón.

miércoles, 20 de abril de 2011

Despropósito Líbico

Desde que inició la intervención de la Organización del Tratado del Atlantico Norte (OTAN) en Libia, la clase política y los medios de comunicación italianos no han dejado de cuestionar el papel protagónico de Francia en las acciones militares contra el gobierno de Kedafi. Sin embargo, las críticas tienen poco que ver con lo apresurado de los bombardeos franceses, o con el abandono de la diplomacia por parte de Europa y Estados Unidos, se trata más bien de la reacción de un país que ve amenazados sus intereses en un territorio que considera como su área de influencia. En general, el malestar italiano se ha dejado sentir con fuerza en las últimas semanas, sobre todo a partir del argumento de que la Unión Europea no hace nada con respecto a la gran cantidad de migrantes que llegan todos los días a la isla siciliana de Lampedusa tratando de escapar de la guerra. El escándalo diplomático ha llegado a extremos tales, que el Ministro del Exterior italiano, Franco Frattini, ha cometido el despropósito de declarar que su país está considerando dejar la UE dada la situación imperante (desliz que rápidamente fue corregido por el Presidente de la República Giorgio Napolitano).

Arriba se sabe muy bien que el ejercicio del poder es más efectivo cuando el dominado está de acuerdo en serlo, por lo tanto, los poderosos dedican una buena parte de sus recursos en lograr la plena identificación de los gobernados con los objetivos del soberano. En este caso, políticos y medios de comunicación buscan por igual (y en buena medida consiguen) que la gente se sienta identificada con la defensa de los intereses económicos de un puñado de empresas italianas, cuyas millonarias ganancias están en riesgo frente a la actual coyuntura. Para alguien que proviene de, digámoslo así, otro contexto de sometimiento mediático, no deja de llamar la atención la manera en que se perciben los efectos del discurso dominante en las calles de un país considerado de primer mundo, es decir, la forma en que la gente de a pie (obreros, empleados, amas de casa, profesores universitarios, etc.), reproduce y hace suyo el debate que protagoniza en estos momentos la clase política italiana con respecto a la guerra en Libia.

En el mejor de los casos se trata de ignoracia bien intencionada, una especie de paternalismo crítico que no pone en tela de juicio la intervención militar en sí, sino sus formas y sus tiempos, es decir que la consideran necesaria para ayudar a Libia a alcanzar la "democracia", pero que por eso mismo debería prevalecer el humanitarismo y no el interés económico de alguna de las potencias interventoras. Por el otro lado están quienes, haciendo suyo el discurso neocolonialista de la derecha en el poder, aseguran sin tapujos que "mientras Inglaterra se queda con el gas y Francia con el petróleo, Italia se queda con la molestia de los migrantes". Al final, tratando de discutir con las más variadas opiniones sobre este punto, te das cuenta de la fuerza que pueden llegar a tener las formas modernas de sometimiento que se construyen sobre bases culturales, en particular las derivadas de aquella interpretación (no siempre explícita) de la división del mundo en desarrollo y subdesarrollo, Primer y Tercer Mundo, Civilización y Barbarie, etc.

Mientras tanto el pleito de las potencias continúa sin que ninguna de ellas repare en el despropósito de ventilar a cada minuto las antiguas diferencias. Digamos que la imagen de ese concierto de "países civilizados" asemeja cada vez más una batalla de buitres por la botín del otrora cómodo dictador. Así, entre golpes de tenedor y eructos mal disimulados, Inglaterra reconoció que desde hace tiempo manda “asesores” para “ayudar” a los rebeldes líbicos; Francia, ruborizada ante el albazo de la pérfida Albión, declaró que ya hace tiempo hacen lo propio...e ¿Italia? Tratando disimular la flatulenta indigestión de una vida política convulsionada por los escándalos de Silvio Berlusconi, Italia sostiene que lo suyo es mandar miitares a entrenar a los rebeldes, o sea que nada de “asesoría”, sino más bien un salto hacia adelanto (y al abismo) que deja atrás el histórico amor profesado por el Premier al dictador líbico.

Posdata: ¡Ah!, por cierto, como sugieren los viejos manuales, luego de cumplir fielmente con su papel durante décadas, el gobierno de Estados Unidos busca ahora un hogar para el viejo Kedafi, habrá que ver que alma caritativa se avienta el papelazo. En todo caso puede ser que los gringos se animen, digo, si acaban de exonerar al terrorista cubano Luis Posada Carriles...

martes, 19 de abril de 2011

Trento

Restiamo Umani

" Aquí, el 16 de octubre de 1946, tuvo inicio la despiadada caza de los judíos y dos mil noventa y un ciudadanos fueron llevados a una muerte feroz en los campos de exterminio nazi, donde fueron alcanzados por otros seis mil italianos víctimas del infame odio de raza"

Una placa más, esta vez en el barrio judío del centro de Roma, que recuerda a las víctimas del Holocausto. La guía, que en realidad nos mostraba el Teatro de Marcelo, hizo una pausa para explicar que de toda la gente que fue deportada en esta zona, sólo doce lograron regresar con vida...

Ese mismo día, mientras regresábamos a casa, nos enteramos que Vittorio Arrigoni, de 36 años, había sido secuestrado en la Franja de Gaza por un supuesto grupo extremista. Lo acusaban de promover vícios occidentales y exigían la liberación de algunos presos a cambio de la vida del compañero... pocas horas después fue asesinado.

A continuación compartimos un fragmento del artículo de Gorka Larrabeita, publicado en Rebelión:

Arrigoni, militante de izquierda, arribó a Gaza como representante del International Solidarity Movement en una embarcación del Gaza Freedom Movement, que dos años después desembocaría en la Flotilla de la Libertad. Lo detuvieron en noviembre de 2008 soldados del Estado israelí en aguas palestinas, lo encerraron durante seis días y luego lo expulsaron a Italia desde el aeropuerto de Tel Aviv. Todo por haberse manifestado junto a los pescadores palestinos contra el bloqueo que estrangula la Franja y sume en la miseria a cientos de familias. El 25 de diciembre de 2008 regresó a Gaza y escribió: "Orgulloso de mi pasado, despreocupado por mi presente. Porque este es el momento de esmerarse, antes que de adueñarse de un futuro fácil, retorcido cómodamente, por esas víctimas inocentes a cuyos gritos de dolor no hemos concedido atención durante un momento". Lo escribió el día de Navidad de 2008 "desde las tinieblas del asedio".

Y llegó la Operación Plomo Fundido, y Vittorio Arrigoni fue, con Alberto Arce, uno de los únicos periodistas que se quedó en Gaza. Sus crónicas para Il Manifesto fueron una ventana que asomaba al horror del linchamiento que sufría el pueblo palestino. Esos textos fueron recogidos en un libro importante que publicó Il Manifesto.

Terminada la matanza de Gaza, Vittorio se quedó en Gaza. Fue el único periodista occidental que lo hizo. Vittorio llevaba un blog. Las últimas entradas daban cuenta de las siguientes noticias: la muerte de cuatro trabajadores por el derrumbamiento de uno de los túneles excavados por los palestinos en la frontera de Rafah; las declaraciones de Berlusconi comprometiéndose a impedir la partida de la Flotilla de la Libertad para Gaza; el ingreso en el hospital de Mubarak y el pogromo de la aldea palestina de Awarta, asediada durante 31 días tras la matanza de cinco colonos en el asentamiento ilegal de Itamar.

En Rebelión tradujimos unos cuantos textos suyos. En medio del infierno de Gaza, sus crónicas terminaban con una frase preciosa -"Restiamo umani"-, que dio título a su libro, y que resulta difícil de traducir. Podía ser "sigamos siendo humanos"; "mantengamos la humanidad"; "seamos humanos". Ninguna de las soluciones convencía, pues siempre se escapaba algo de esa frase italiana, que encerraba herméticamente en dos palabras un salvavidas contra la injusticia, el dolor y el horror que sufría y sigue sufriendo Gaza y Palestina. Restiamo umani. Adiós, Arrigoni. Viva la Flotilla de la Libertad... (fin de la cita)

En medio de la estridencia mediática característica de este país, prominentes miembros de la clase política italiana se han manifestado frente al asesinato de Vittorio, siempre con extremo cuidado de no hablar de lo que este activista hacía en Palestina. Mientras tanto, reporteros y comentaristas de todo tipo, se tomaron la libertad de usar el caso del compañero como una especie de terrible ejemplo de lo-que-puede-pasar-si-eres-solidario. Curiosamente el efecto ha sido completamente diverso, pues desde distintos espacios se están promoviendo eventos para recordar al compañero y, sobre todo, para retomar la bandera de la liberación del pueblo palestino.






martes, 22 de febrero de 2011

Santa María Novella

Un viejo y oxidado recordatorio en la estación de trenes, Santa María Novella, en el centro de Florencia.

"Asociación Nacional de ex deportados políticos en los campos nazis

De esta estación, encerrados en carros de plomo, el 8 de marzo de 1944, fueron deportados a los campos de exterminio más de mil ciudadanos arrestados en la ciudad y en la provincia por los nazi-fascistas. Santa María Novella fue su última visión de Florencia antes del Holocausto."

La alquimía del cine han reducido el así llamado Holocausto a la eliminación de judios por parte de la Alemania nazi. Sin embargo, en los márgenes externos de este cheque en blanco, se oculta el hecho de que en los campos de exterminio, además de los seis millones de judíos, fueron asesinados ocho millones de gitanos (pueblo que, por cierto, es aún perseguido en la Unión Europea), así como cuatro millones de prisioneros de guerra soviéticos y otros grupos de individuos identificados por los nazis como "enemigo" (comunistas, discapacitados, homosexuales, etcétera).

viernes, 4 de febrero de 2011

Booblock

En las últimas manifestaciones estudiantiles en contra de la llamada "Reforma Gelmini", aparecen cada vez más jóvenes del bookblock. Se trata de contingentes enteros de jóvenes con escudos de cartón pintadas como portadas de libros. He aquí un par de fotos:



"En cualquier caso ningún remordimiento" de Pino Cacucci

En esta foto (cortesía forzada, carrion dixit), aparece el famosisimo "Don Durito de la Lacandona"